Día Internacional del Folklore

22 de agosto

El Día Internacional del Folklore brinda el marco para, desde una historización del término, repensar sobre cómo concebir el Folklore en la contemporaneidad del Siglo XXI y cómo influyen estas concepciones en la representación artística.
El Departamento de Folklore celebra y convida a la reflexión a través de las palabras de sus docentes Cintia Oliverio y Mariano Zozaya.

“En este nuevo aniversario de la aparición del término, iniciamos una necesaria reflexión sobre los fundamentos teóricos de nuestro quehacer científico, para la construcción colectiva del conocimiento desde nuestros territorios y realidades, reconociéndonos pluriculturales y sin jerarquización etnocentrista de los saberes.

Al vocablo se le atribuyen múltiples significados en el ámbito académico y en la vida cotidiana. Refiere tanto al material/objeto de estudio de la Ciencia, como a la Ciencia que estudia dicho material; a las expresiones artísticas inspiradas en éste; y, fundamentalmente, desde los medios de comunicación, “ocurrencia chistosa”; o serie de elementos y acciones utilizadas por hinchadas de fútbol, agrupaciones políticas y sindicales en sus manifestaciones, entre otras.

Aparece por primera vez a mediados del Siglo XIX, cuando producto de la expansión imperialista de Europa proliferaban los coleccionistas y anticuarios de productos exóticos y objetos del propio pasado nacional y cobraban nuevos impulsos las crónicas de conquistadores y viajeros que surgían de la división del mundo en conquistadores y conquistados, opresores y oprimidos, con sus consecuentes visiones del otro y afirmaciones de lo propio. En esta época “estaba todo ya más o menos maduro o preparado como para que surgieran como tales todas las ciencias modernas incluidas las del hombre (…) todas siguieron condicionadas durante mucho tiempo por los sistemas coloniales en los cuales se engendraron; ya que como tantas otras ciencias estructuradas son producto europeo y surgen influidas por la situación cultural, social, económica y política de la época y lugar de su nacimiento” (1). Este contexto es el de la Revolución Francesa, la Revolución Industrial y la migración del campo a las ciudades, la consolidación de nuevas clases sociales y los modernos Estados Nación en Europa, el surgimiento de nuevas formas de relacionarse con la naturaleza y con los otros grupos humanos, los movimientos culturales del Iluminismo y el Romanticismo; en el marco de la afirmación del sistema colonial.

Así, se delimitan los campos de estudio, siendo el de la Sociología las “modernas sociedades civilizadas”, entiéndase las sociedades urbanas occidentales industrializadas. La Antropología fue, en sus inicios el estudio de los otros, los extraños; oprimidos por el colonialismo europeo en el resto de los continentes. El interés del romanticismo por lo exótico, el pasado y el pueblo explican el desenvolvimiento del Folklore “como el estudio de los otros del propio país y comenzará por tanto por: los campesinos, los aldeanos, los rústicos, incluso el vulgus (…), que resultaban desconocidos en muchos aspectos para el mundo político y cultural de las élites” (2), siendo ahora valorados o reconocidos como “auténticos, voces genuinas, las raíces”.

Lo expuesto condiciona las ideas desarrolladas por Thoms en su carta, publicada el 22 de agosto de 1846 y que constituye un hito fundamental en la institucionalización del Folklore. En ella se proponía la palabra compuesta folk-lore para reemplazar a las menos precisas “antigüedades populares” y “literatura popular” usadas hasta el momento; y se expone una idea central: la pérdida de “usos, costumbre, prácticas, supersticiones, coplas y proverbios antiguos”. Asimismo, Thoms, incita a la documentación de lo que queda “para que sirva a generaciones futuras”, proponiendo el esbozo de un método de análisis: la comparación. En este texto breve se condensan las ideas centrales del pensamiento teórico de la época y han marcado fuertemente el campo de la disciplina hasta años recientes, persistiendo su influencia en algunos aspectos hasta la actualidad.

Queremos señalar la necesidad de producir andamiaje conceptual anclados en nuestros territorios, desde y para los mismos, basados en nuestras propias prácticas y experiencias. En este sentido, destacamos cuanto podemos reflexionar desde el hoy, desde el presente, que necesario es “repensarnos” en todo el campo de nuestra actividad profesional. Cuanto camino nos queda por andar y cuanto trabajo nos queda para desarrollar en virtud de poder contener, contextualizar y dar marco de estudio a estos fenómenos que son principalmente dinámicos.

Permitiéndonos hacer una mirada desde una de las expresiones que abarca el folklore como lo es la danza, cuanto más nos caben estos pensamientos: revisar, cuestionar, aceptarnos, respetarnos, es tan necesario como así también lo es la producción no solo artística sino también teórica e intelectual que atraviesen nuestra ciencia para aportar al campo real de nuestras prácticas, que viven y suceden en nuestras fiestas, festivales, peñas, grupos de danza, ámbitos escénicos de todo el país. Como profesionales de la actividad aguardamos un futuro cercano en el que desde la Danza tengamos cada vez más firme la sensación de estar representados, de seguir construyendo identidad y pertenencia, de forjar espacios dignos para su difusión, de crear y afianzar los muy pocos espacios laborables para bailarines, y creativos de nuestra especificidad. La Danza Folklórica como muchas otras de nuestras expresiones vive, se transforma y comunica, y nosotros con ella, o por lo menos por eso luchamos muchos/as hacedores/as en el día a día. ¡Qué bueno poder tener la oportunidad de reflexionar!, ¡qué bueno poder compartirla!, ¡qué bueno seguir en pie desde la Universidad pública, en estos tiempos de agosto!

¡Y feliz día del Folklore, todos los días!”
Lic Cintia Oliverio y Lic. Mariano Zozaya


Referencias bibliográficas
(1) Magrassi y Roca: “Introducción”. En: Introducción al Folklore, Buenos Aires, CEAL, 1991, p. 17.
(2) Magrassi y Roca: “Introducción”. En: Introducción al Folklore, Buenos Aires, CEAL, 1991, p. 18.

INFORMACIÓN RELACIONADA

Cerrar Esta web inserta cookies propias para facilitar tu navegación y de terceros derivadas de su uso en nuestra web, de medios sociales, así como para mejorar la usabilidad y temática de la misma con Google Analytics.
Los datos personales NO son consultados. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso.