El abuso infantil ha sido un problema prevalente durante miles de años, pero con la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en 1959, se reconoció como un delito con graves consecuencias psicológicas, sociales, legales y médicas. El abuso y maltrato infantil es un problema que afecta a todos los países del mundo, es por ello que se debe trabajar en conjunto para poner en marcha medidas que lo prevengan.

Por todo esto es que desde el año 2000 se designa el 19 de noviembre como el “Día Mundial contra el Abuso Infantil”, lo cual es una iniciativa de la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM), para resaltar el problema del abuso infantil, divulgar la existencia e importancia del problema y dar apoyo en las estrategias de prevención.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el maltrato infantil se define como los actos cometidos por adultos/as que interfiere con el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los y las menores de 18 años, e incluye todo tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño y la niña, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. A veces, la exposición a la violencia doméstica de la pareja se incluye en otras formas de abuso infantil.

Estos delitos, contra la integridad sexual de niños, niñas y adolescentes, que en su mayoría se dan en el ámbito familiar, son cometidos por familiares o personas cercanas al entorno; también mayoritariamente por parte de varones, a través de una relación de poder por parte de los adultos y que se perpetúa por la debilidad de los niños, niñas y jóvenes.

Por su parte, la existencia del grooming (acoso y abuso sexual online), viene a demostrar que el abuso sexual no siempre requiere de un contacto físico para provocar un daño en la emocionalidad y subjetividad de los y las niños/as.

En este sentido cobra importantísima relevancia el hecho de poder implementar la ESI (Educación Sexual Integral), sobre todo en el ámbito educativo, donde la escuela ha podido poco a poco tomar una postura más activa. Sin embargo, es importante poder hablar del tema en la familia y en los lugares donde se trabaja con niños, niñas y adolescentes, ya que la información es la mejor protección, y un/a niño/a informado/a es una infancia protegida.

Es necesario desnaturalizar la idea de que cualquier tipo de violencia puede ser justificable o sea una forma de “enseñar” algo, porque genera enormes daños en el desarrollo psíquico y físico, ya que los primeros años de la infancia dejan una marca para toda la vida.

Criar a un niño o una niña no es una tarea sencilla, sin embargo, es una de las tareas más importantes que tienen los y las adultos/as, ya que tiene enormes consecuencias tanto para las y los niñas/os como para la sociedad en general, porque para ser personas respetuosas, humildes, libres, felices y honestas, hay que formar en el respeto, la humildad, la libertad, la creatividad y un modelo de honradez que lleve a las infancias a serlo.

La Comisión de Derechos Humanos Diversidades y Géneros del Departamento de Folklore apoya que la protección de los derechos de las infancias son una prioridad y se deben visibilizar.