El Departamento de Folklore conmemora, en un nuevo aniversario de su paso a la inmortalidad, al General José de San Martín, un hombre indispensable para la emancipación de los pueblos latinoamericanos.
La figura del General don José de San Martín, se trató de una de las más destacadas de entre las que emergieron en la época, dado que fue clave para la concreción y la consolidación de la independencia política Argentina.
Bien se puede decir del héroe que sólo ambicionó la libertad de América y que, por alcanzarla, sacrificó todo cuanto tenía en favor de ese alto principio.
A continuación compartimos las palabras de Hugo Chumbita, Docente y Director del Instituto de Investigación en Folklore y Artes Populares del Departamento de Folklore “Alicia Kussrow”:
En honor a San Martín
"En este día dedicado a la memoria de San Martín, en el que se manifiesta el homenaje de todo el pueblo argentino e incluso de los países hermanos a la figura ejemplar del Libertador, es importante señalar los rasgos fundamentales de su vida y su causa: la lucha por la independencia, los ideales de unión y fraternidad americana, el compromiso por la igualdad y la libertad, la preocupación por la ilustración y la cultura, su ética personal y política.
Si su trayecto encarna la heroica epopeya de la revolución emancipadora, refleja también los problemas y los conflictos que signaron la historia de nuestras repúblicas nacientes. En 1812 vino de España con otros jóvenes militares a ponerse al servicio de la causa, tuvieron que rebelarse para deponer al Triunvirato que frenaba el impulso revolucionario, y reunieron la Asamblea del Año XIII para relanzar el proyecto. La Logia Lautaro, el partido secreto de aquellos patriotas, se dividió y San Martín debió sortear grandes dificultades para llevar adelante el plan del Ejército de los Andes, nutrido por los gauchos y los negros cuyanos. La campaña de Chile tuvo que afrontar asimismo los contratiempos de la rivalidad entre los partidos chilenos. San Martín se vio obligado a desobedecer al Directorio de Buenos Aires para seguir la expedición al Perú. Y en Lima, hostilizado por la aristocracia que se identificaba con los realistas y resistía la liberación de los esclavos, privado de la ayuda que le negó el gobierno porteño, optó por dejar la misión a Bolívar y retirarse.
El secreto de su filiación mestiza y su madre guaraní en Yapeyú es una clave para entender su viaje a América y la ruptura con España. Es asimismo la explicación de la concepción indigenista que expresó al adherir a la monarquía incaica propuesta por Belgrano en el Congreso de Tucumán, y al convocar a “nuestros paisanos indios”, los pehuenches de la cordillera, los mapuches chilenos y las guerrillas de los quichuas peruanos que se movilizaron para apoyar su empresa. Pero fue también un motivo de los enemigos –declarados o encubiertos− para denostarlo y atacar o sabotear su obra.
Fue empujado a exiliarse en Europa por el gobierno rivadaviano, y cuando intentó volver tropezó otra vez con los provocadores de la guerra civil. Se marchó para siempre, aunque desde Francia se solidarizó con la defensa de Rosas ante las agresiones franco-inglesas, clamó ante los poderes imperiales y legó su sable a quien veía como continuador de la causa independentista. En los gestos y mensajes de sus últimos días lo expresó claramente: la patria americana que su generación liberó del dominio colonial debía seguir luchando contra los atropellos de los intereses económicos neocoloniales. La lección imperecedera es que ese es el sentido pleno de nuestra libertad."
Bien se puede decir del héroe que sólo ambicionó la libertad de América y que, por alcanzarla, sacrificó todo cuanto tenía en favor de ese alto principio.
A continuación compartimos las palabras de Hugo Chumbita, Docente y Director del Instituto de Investigación en Folklore y Artes Populares del Departamento de Folklore “Alicia Kussrow”:
En honor a San Martín
"En este día dedicado a la memoria de San Martín, en el que se manifiesta el homenaje de todo el pueblo argentino e incluso de los países hermanos a la figura ejemplar del Libertador, es importante señalar los rasgos fundamentales de su vida y su causa: la lucha por la independencia, los ideales de unión y fraternidad americana, el compromiso por la igualdad y la libertad, la preocupación por la ilustración y la cultura, su ética personal y política.
Si su trayecto encarna la heroica epopeya de la revolución emancipadora, refleja también los problemas y los conflictos que signaron la historia de nuestras repúblicas nacientes. En 1812 vino de España con otros jóvenes militares a ponerse al servicio de la causa, tuvieron que rebelarse para deponer al Triunvirato que frenaba el impulso revolucionario, y reunieron la Asamblea del Año XIII para relanzar el proyecto. La Logia Lautaro, el partido secreto de aquellos patriotas, se dividió y San Martín debió sortear grandes dificultades para llevar adelante el plan del Ejército de los Andes, nutrido por los gauchos y los negros cuyanos. La campaña de Chile tuvo que afrontar asimismo los contratiempos de la rivalidad entre los partidos chilenos. San Martín se vio obligado a desobedecer al Directorio de Buenos Aires para seguir la expedición al Perú. Y en Lima, hostilizado por la aristocracia que se identificaba con los realistas y resistía la liberación de los esclavos, privado de la ayuda que le negó el gobierno porteño, optó por dejar la misión a Bolívar y retirarse.
El secreto de su filiación mestiza y su madre guaraní en Yapeyú es una clave para entender su viaje a América y la ruptura con España. Es asimismo la explicación de la concepción indigenista que expresó al adherir a la monarquía incaica propuesta por Belgrano en el Congreso de Tucumán, y al convocar a “nuestros paisanos indios”, los pehuenches de la cordillera, los mapuches chilenos y las guerrillas de los quichuas peruanos que se movilizaron para apoyar su empresa. Pero fue también un motivo de los enemigos –declarados o encubiertos− para denostarlo y atacar o sabotear su obra.
Fue empujado a exiliarse en Europa por el gobierno rivadaviano, y cuando intentó volver tropezó otra vez con los provocadores de la guerra civil. Se marchó para siempre, aunque desde Francia se solidarizó con la defensa de Rosas ante las agresiones franco-inglesas, clamó ante los poderes imperiales y legó su sable a quien veía como continuador de la causa independentista. En los gestos y mensajes de sus últimos días lo expresó claramente: la patria americana que su generación liberó del dominio colonial debía seguir luchando contra los atropellos de los intereses económicos neocoloniales. La lección imperecedera es que ese es el sentido pleno de nuestra libertad."